miércoles, 12 de agosto de 2009

ensayo visual : el "fuerte apache" desde adentro.




































































Caminar por este barrio, entre medio de estas vidas, nos da pie a ensayar una vez mas, alguna respuesta a esa tonta y eterna pregunta: que es el arte?
Pero es que sin querer contestarla, pasa que simplemente lo sabemos: estamos frente al arte, y no me refiero a los arquitectos que diseñaron esta obra, sino a la conjución de ese trabajo, junto a la acción de varias generaciones de usuarios que lo fueron conformando. Estando en el, nos sentimos ante una revelacion de la verdad, ante algo que es común a todos los hombres, algo a lo que podríamos llamar escencial.
Este lugar, su rica estética, su paleta de colores, sus variados rincones; son fruto y huella de la vida misma de hombres y mujeres atravezando su amargor, y su dulzura.
Este es un viaje que emprendemos todos, por el simple hecho de estar vivos, y mas allá del contexto de nuestro nacimiento. Lo loco es que en este caso, esa aventura agridulce se encarna en la materia, y podemos verla con los ojos, y sentirla con el cuerpo en cada espacio, con una forma totalmente definida y concreta, con una contundencia que atraviesa toda la dimension de la parte al todo, ida y vuelta, desde el pensamiento abstracto (del proyectista y los politicos que le encomiendan la obra) a la realidad mas figurativa (la de la apropiacion de sus usuarios); sin disolucion de continuidad.
Es un hecho generado por los hombres en el tiempo y el espacio, transformado en algo mucho mas poderoso, que ya no se rige por esas dos variables, sino que se ancla directamente en la escencia de la vida, y creo humildemente, que cuanto me encuentro ante algo así, estoy frente a una obra de arte.
Quienes habitan el barrio estan marcados, llenos de un sentimiento ambivalente : la condena generada por esa misma pertenencia, los dolores que sus reglas de juego imponen, tener que moldear la propia personalidad y comportamiento con una forma que les permita sobrevivir en este exigente medio en particular, donde no hay lugar para la duda, ni la debilidad. Pero también llevan en ellos la alegría de la contención y el contacto con sus pares, con el grupo, la identidad de pertenecer, (que es hoy dia un bien mas bien raro), y el protagonismo en la permanente reconfiguración de esta obra, que no sería sin ellos: los que la habitan.